jueves, 14 de abril de 2011

Ayer, en uno de esos días largos, me dieron ganas de salir al balcón. Este balcón es un toque especial, por muchísimas razones. Primero lo primero: como este depa es muy grande, el espacio soooobra de una manera impresionante; por ende, siempre uso el living o mi cuarto, en vez de la sala y/o el comedor. El balcón es tan especial, que solo salgo cuando no hay nadie en casa, cuando tengo aunque sea 15 minutos para mi, cuando tengo ganas de salirme del mundo, etc.
A veces salgo con puchito en mano, a veces no, y me dedico a pensar en los "sucesos de la semana", si le debería seguir dando bola al chico que me gusta, en cuantos autos pasan por Libertador, en que largo es el semáforo rojo cuando los carriles son intercambiables, si alguien me puede ver desde abajo, cuanto extraño a mi mejor amiga, en que quisiera tener esos amigos que te enseñan lo que es la ciudad (si pues, todavía me siento chibola), en que debería ser mas independiente, que carrera quiero seguir, etc.
Muchos pensamientos corren por mi cabeza cada vez que salgo al tan conocido balcón, y me encanta salir cuando llueve, cuando es de noche y por ultimo cuando es de día y sientes el aire "fresco". Pero me encanta estar ahí, y siento que todo es posible cuando me reclino en esa silla no tan comoda que me hace sentir importante...

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